Disfunción Eréctil
¿Qué es la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil es una disfunción sexual masculina que sucede en la fase de excitación. Y digo masculina porque suele suceder más a los hombres cisgénero, pero no nos olvidemos que hay mujeres trans con pene que no están exentas de sufrir esta disfunción sexual.
El pene no logra estar erecto. Fisiológicamente es imposible que obtenga la rigidez adecuada para tener prácticas sexuales convencionales satisfactorias. Y digo adecuada, no necesaria. Se puede disfrutar del sexo sin tener una erección. Pero esto la mayoría de los hombres no lo contemplamos, y no tenemos la culpa de ello.
Si algo hace al varón ser un hombre es todo lo que ronda al pene: su uso, su tamaño, y su dureza.
La carencia de educación sexual de calidad, así como los típicos consejos, rituales y demás parafernalia que forman parte de las normas no escritas del buen empotrador, son variables clave que da explicación y que mantienen estos problemas de disfunción eréctil. Y de otras disfunciones sexuales masculinas, porque sí, existen más. Lo que pasa es que, si bien el pene grueso largo y erecto hace al hombre, hablar de que no se te pone dura, te hace menos.
Y esto se tiene que cambiar.
¿Cómo comienzan los problemas de disfunción eréctil?
Antes de nada, debemos descartar cualquier causa orgánica. Aunque en el 80% de lo casos de disfunción eréctil, la causa es psicológica, específicamente por un problema de ansiedad. La ansiedad es totalmente incompatible con la respuesta sexual de nuestro cuerpo. Para poder tener una erección, primero debemos desear tener el encuentro sexual, desde una postura de gozo y relajación.
¿Quieres algo más técnico? Bien. Nuestro sistema nervioso, el que se encarga de espabilarnos y también de dejarnos reposar, tiene dos subsistemas: el simpático y el parasimpático. El segundo es el que nos pone en alerta, y el segundo, el que nos dice «ey, todo está bien». Pues bien, la ansiedad dispara el simpático, y para tener sexo, necesitamos que nuestro sistema nervioso nos de un poquito de paz.
La ansiedad ante el qué dirán, si seré capaz o no, si estaré a la altura, si me vuelven a ridiculizar…son situaciones frecuentes en estos problemas de disfunción eréctil. Conforme de repiten estos episodios de disfunción eréctil, mal llamada impotencia por cierto, más complicado es tratarlo, ya que se alimenta la creencia de que siempre sucederá lo mismo, cuando no es real.
¿Quién es propenso a tener estas disfunciones?
Según un estudio estadístico de la Unidad de Andrología Medicina Sexual y Reproductiva, del Hospital de Córdoba en España, el sendentarismo, el tabaquismo y el sobrepeso son factores de riesgo.
Pero esto son variables sueltas y muy oídas. Démosle una vuelta de hoja. Hemos dicho antes que el 80% de los casos de disfunción eréctil son psicológicos. ¿Cómo afecta el tabaquismo entonces a nuestra mente? ¿Y el sobrepeso?
Si abrimos el prisma, y observamos con perspectiva, estos factores de riesgo no sólo afectan a nivel físico sino a nivel mental. Parece que cuando hablamos de organismo descartamos el cerebro, cuando es el órgano por excelencia, es nuestra CPU. Si fumas con asiduidad, y llevas un día sin fumar, es normal que tengas mucha ansiedad, irritabilidad o incluso una melancolía bastante potente. Lo cual se traduce en incompatibilidad con la erección.
Con el sobrepeso y la obesidad sucede igual. No se queda sólo en lo que a salud vascular comprende, sino que se mueve en un contexto social donde se califican y valoran a las personas por sus cuerpos. Esto puede desencadenar en un sentimiento de indeseabilidad hacia los demás, de no sentirse atractivo, de dudas, y de, una vez más, ansiedad anticipatoria.
Y si hablamos de problemas de salud mental, como también indica dicho estudio, cualquier trastorno o cuadro del estado anímico influye en la capacidad de nuestro cuerpo para, primero querer tener sexo, y segundo, obtener las condiciones adecuadas para su práctica y disfrute.
Cuidado con esto, porque no es tan sencillo como unir dos puntos de manera lineal; hay mucho trayecto entre los factores de riesgo y la disfunción eréctil. Cada caso es individual y requiere de una atención específica.
¿Por qué me cuesta tanto solucionarlo?
Otra cosa que define a los hombres es no pedir ayuda. Y no me extraña, ¿cómo no voy a sentir vergüenza de no tener una erección si se me ha dicho desde bien pequeño que esto no me debe pasar?
Por ello, ponemos en práctica métodos bastante caóticos: ver porno antes, recitar mantras mentalmente, estimular los genitales de manera obsesiva, y un sinfín más de conductas que, lejos de ayudar, entorpece. Porque no estás yendo a la raíz: tus creencias sobre el sexo, la penetración y la masculinidad
¿Cómo se soluciona la disfunción eréctil? ¿Y la eyaculación precoz?
Es momento de acudir a un profesional. Los problemas de disfunción eréctil se convierten en problema cuando suceden en numerosas y continuas situaciones, y se crea una bola gigantesca de nieve que va cuesta abajo y sin frenos. El único freno que vas a encontrar es en terapia con un psicólogo especializado en sexualidad, que te enseñará diferentes técnicas para que puedas disfrutar de tu sexualidad y que, no sólo retomes tus erecciones, sino que amplíes tus sensaciones y placeres.
Para finalizar, un pequeño ejercicio. Si coges una moneda y la lanzas 20 veces, y te sale cara todas las veces, ¿a la siguiente vez saldrá cara? No, existen las mismas posibilidades de que sea cara o cruz.
Lo mismo sucede con estos problemas. Es normal pensar que si sucede 10 veces seguidas, la número 11 será igual, pero no es así.
Acude a un profesional para que la vez número 11 sea lo que deseas.
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